tag:blogger.com,1999:blog-70200784392980925562024-02-08T05:44:00.564-08:00Isabelo HerrerosIsabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.comBlogger19125tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-66529212523922342402013-09-14T04:46:00.002-07:002013-09-14T04:46:42.355-07:00LA PREVISIBLE DIMISIÓN DEL PROFESOR PÉREZ DE LOS COBOS (II)http://www.eldigitalcastillalamancha.es/la-previsible-dimision-del-profesor-perez-de-los-cobos-y-ii-140751.htmIsabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-84639855181359420702013-09-14T04:42:00.000-07:002013-09-14T04:43:03.371-07:00LA PREVISIBLE DIMISIÓN DEL PROFESOR PÉREZ DE LOS COBOS (I)http://www.eldigitalcastillalamancha.es/la-previsible-dimision-del-profesor-perez-de-los-cobos-i-140553.htmIsabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-42868676799180479832013-09-14T04:35:00.002-07:002013-09-14T04:35:35.738-07:00EL PREMEDITADO OLVIDO DE FÉLIX URABAYEN (II)http://www.eldigitalcastillalamancha.es/el-premeditado-olvido-de-felix-urabayen-ii-136573.htmIsabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-22024780382988868582013-09-14T04:33:00.000-07:002013-09-14T04:33:02.581-07:00EL PREMEDITADO OLVIDO DE FÉLIX URABAYEN (I) http://www.eldigitalcastillalamancha.es/el-premeditado-olvido-de-felix-urabayen-i-135354.htmIsabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-17456698427086916902013-05-22T00:26:00.001-07:002013-05-22T00:26:25.462-07:00Artículo en El Digital Castilla La Mancha<a href="http://www.eldigitalcastillalamancha.es/lo-que-queda-del-ejercito-franquista-o-la-reforma-que-narcis-serra-no-quiso-hacer-133656.htm">http://www.eldigitalcastillalamancha.es/lo-que-queda-del-ejercito-franquista-o-la-reforma-que-narcis-serra-no-quiso-hacer-133656.htm</a>Isabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-38315785368467698982012-09-17T10:36:00.002-07:002012-09-17T10:49:07.320-07:00UN VERANO PARA OLVIDAR por Isabelo Herreros<br />
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UN VERANO PARA OLVIDAR por Isabelo Herreros<br />
6 de septiembre de 2012 en El Digital Castilla-La Mancha<br />
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<span class="textoarticulo_rel">Es posible que salgamos de esta, y, ya
verán, quienes conozcan tiempos mejores en el incierto futuro, como
desde el gremio de economistas lo explican todo la mar de bien, tan bien
como nos explicaban en la facultad el Crack del 29 o el Plan de
Estabilización de 1959, aquel que llevó a cabo el franquismo para salir
del desastre de la autarquía. Lo peor de todo esto es que no sabemos aún
cuantas bajadas de sueldo nos quedan por soportar, aquellos que aún
tenemos un puesto de trabajo, o cuanta miseria nos queda por conocer.
Los más mayores aún recuerdan aquel eterno "año del hambre", y que para
muchos, en particular para quienes perdieron nuestra última guerra
civil, se prolongó hasta finales de los años cincuenta, cuando, gracias a
la emigración de casi tres millones de españoles pudimos empezar a
levantar cabeza. Nuestros compatriotas partieron a Alemania, Francia,
Suiza, Holanda, Bélgica o Australia, sí querido lector, también a las
antípodas llegaron aquellas maletitas de cartón. Precisamente dentro de
unos días me veré con un amigo, <b>Florencio Saiz</b>,
burgalés, que se encuentra pasando unas vacaciones en España, tras su
jubilación como periodista radiofónico en la cadena SBS, de Melbourne.<br /><br />Se
hace muy difícil escapar del ruido de esta asfixiante crisis, a la que,
para que nada falte, le está haciendo compañía en estos meses uno de
los veranos más calurosos que se recuerdan, salpicado de incendios como
el de La Gomera, del que dicen que no se recuperará la isla ni en cien
años; todo un mal augurio. <br /><br />Pues lo que les decía, queridos
lectores, que es muy difícil sustraerse a esta cruda realidad, ni
siquiera a dos mil metros de altura, y que es la que tiene el Puerto de
Malangosto, en la provincia de Segovia, adonde subí a primeros de agosto
junto a unos amigos. Pero no, no es que me haya hecho escalador de
montañas, si no que acudí a una romería que se celebra en ese lugar,
desde hace ya más de cuarenta años, en el primer domingo de agosto. Es
precisamente en ese pico donde el <b>Arcipreste de Hita</b> sitúa, en <i>El libro de buen amor</i>, el encuentro con una serrana conocida como "la chata". <br /><br />La
romería rememora este acontecimiento literario y sirve también como
encuentro y confraternización entre vecinos de los dos lados de la
Sierra de Guadarrama. La verdad es que la caminata mereció la pena, si
bien el cambiante tiempo a esas alturas nos hizo pasar algún que otro
rato de frío serrano. De la romería me había hablado mi amigo<b> Rubén Caba</b>, gran estudioso de la vida y obra del autor del<i> Libro de buen amor</i>, un clérigo mozárabe toledano llamado <b>Juan Ruiz</b>
y que anduvo por estos pagos en los convulsos tiempos del siglo XIV.
Resulta que este año a mi amigo le nombraban "Arcipreste", por su
persistencia en seguir desentrañando el significado de las palabras,
historias, versos, y claves de los itinerarios, de la más relevante obra
de nuestra literatura, después del <i>Quijote</i>, claro está. <br /><br />Aunque,
como en cualquier romería, hubo misa campestre, lo cierto es que fue
algo heterodoxa, pues también tuvieron lugar, durante la singular
eucaristía, varios eventos que tenían más de paganos que de religiosos,
como fue la representación del encuentro entre el arcipreste y "la
chata", así como varias intervenciones de expertos, autoridades y
premiados. Se recordó con cariño al difunto cura del cercano pueblo de
Sotosalvos,<b> Pablo Sainz</b>, peculiar clérigo, experto en arte románico, gran conocedor del<i> Libro de buen Amor</i>, y que fue el "inventor" de esta romería. Como es lógico, el bueno de don <b>Pablo</b>
tuvo conflictos con la jerarquía eclesiástica, pues, como supondrá el
lector, no veía la Curia con buenos ojos estos homenajes al más
corrosivo crítico de la Iglesia de su tiempo, y, a una obra literaria
plagada de contenidos eróticos. <br /><br />Hacía tiempo que no visitaba el <i>Libro de buen amor</i>,
por lo que eché mano de la edición de Austral, la que tenía más a mano,
y que no trae notas a pie de página, ni comentario alguno, por lo que
hay que armarse de paciencia para leer en castellano del siglo XIV, pero
aún así merece la pena. Muchas son las lecciones que aún hoy se pueden
extraer de esta inmortal obra literaria, donde no deja de sorprender el
dominio que el autor tenía del idioma, y la facilidad con la que
utilizaba el doble sentido de las palabras para construir relatos o
poemas corrosivos. Puede decirse con veracidad que aquí encontramos el
primer manifiesto por la libertad, así, con mayúsculas. Se puede incluso
ir más allá, si se quiere, pues el "Enxienplo de las ranas, en como
demandavan rey a don Júpiter" puede interpretarse también en clave
republicana, y hasta libertaria, pues la enseñanza que nos envía <b>Juan Ruiz</b>,
desde el Toledo del siglo XIV, es que no debemos ser sumisos, ni
esclavos de nadie, y que podemos gobernarnos sin tener por encima a
señores despóticos y mezquinos.<br /><br />Las claves eróticas combinan un
sentido recto, y otro cargado de malicia y significación más que
erótica, prostibularia, al decir de ciertos críticos de la obra. Este
doble sentido paródico no se detiene ni ante la liturgia ni ante los
estamentos sociales, como ocurre en el combate entre Don Carnal y Doña
Cuaresma, en particular en el variopinto cortejo que sigue a Don Amor.
También hay en este combate una parodia militar, donde se puede apreciar
una visión burlesca de los torneos, cortejos triunfales y batallas
caballerescas de la época. Mención aparte merecería "La Cantiga de los
clérigos de Talavera", y donde de forma más clara aparece citado <b>Gil de Albornoz</b>.<br /><br />Voces
más autorizadas que la mía han señalado que nos encontramos, no sólo
ante una obra literaria extraordinaria, si no también ante un documento
muy importante para entender el convulso mundo político y religioso del
siglo XIV, con las luchas y ambiciones de los reyes, <b>Alfonso XI</b> y<b> Pedro I</b>,
las familias nobiliarias y las jerarquías eclesiásticas, con un
personaje en el primer plano del escenario, el poderoso cardenal <b>Gil de Albornoz</b>. Es muy posible que <b>Juan Ruiz</b>
trabajase para el prelado, y que fuese aquella Curia la que le sirviese
de privilegiado observatorio para conocer la corrupción y las flaquezas
de los ministros del Señor, si bien la critica se eleva hasta la corte
suprema de la Iglesia, cuando dice "Yo vi en corte de Roma, do es la
santidad, que todos al dinero fazíanle homildad".<br /><br />Por estas, y otras causas de las que sabemos menos, es por lo que <b>Juan Ruiz</b>
dio con sus huesos en la cárcel de Toledo, y es por ello que a partir
de entonces le quedó algo más que resquemor hacia la vieja ciudad
levítica. De aquel proceso poco se conoce, aunque hay investigadores que
no han perdido la esperanza y piensan que algún día pudieran aparecer,
en algún lugar oculto de la Catedral de Toledo, los documentos
originales de aquella causa judicial, y, de paso, se podría documentar
mejor la carrera eclesiástica de <b>Juan Ruiz</b> y su relación con el poderoso y enigmático cardenal <b>Gil de Albornoz</b>. <br /><br />Aquel desamor entre Toledo y <b>Juan Ruiz</b>,
fue y es mutuo, pues llega hasta nuestros días, y, como también ocurre
con otras glorias de las artes y las letras, hispanas o foráneas, que
hicieron de Toledo objeto de su amor, la desdeñosa y antigua capital del
Imperio católico, les tiene en un premeditado y voluntario olvido.
Trate el lector de encontrar una calle, plaza o monumento dedicado al
Arcipreste de Hita en la capital de Castilla-La Mancha, y será vano
empeño, como lo fue el de <b>Nicolás Estévanez</b>, militar, y ministro de la Primera República, cuando se empeñó en encontrar en Toledo una estatua de homenaje al comunero <b>Padilla</b>.
Así son las cosas en esta tierra nuestra. Pero no perdamos la
esperanza, pues cualquier día puede sorprendernos algún "docto de
Argamasilla" y dejar en los Anales una de esas investigaciones que nos
obliguen a bajar al Tajo, si estuviera limpio, a aclararnos bien las
entendederas para salir del estupor. <br /><br />Al cierre de este artículo
aún humea el incendio de la Sierra de San Vicente, territorio de mis
paseos y reflexiones. Tristeza y rabia. Más en frío escribiré sobre esta
catástrofe. <img height="10" src="http://www.eldigitalcastillalamancha.es/imagenes/puntos.gif" width="11" /></span>Isabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-47452751726122348362012-07-07T03:45:00.000-07:002012-07-07T03:45:12.641-07:00El caso Divar o la fragil memoriahttp://www.eldigitalcastillalamancha.es/el-caso-divar-o-la-fragil-memoria-112112.htmIsabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-18994015202339138752012-06-07T16:32:00.000-07:002012-06-07T16:32:03.179-07:00Bankia o una historia poco ejemplar (y 2)http://www.eldigitalcastillalamancha.es/bankia-o-una-historia-poco-ejemplar-y-2-110335.htmIsabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-61794343574529656922012-06-07T16:29:00.000-07:002012-06-07T16:29:05.180-07:00Bankia o una historia poco ejemplarhttp://www.eldigitalcastillalamancha.es/bankia-o-una-historia-poco-ejemplar-1-109648.htmIsabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-59824295489868446132012-04-21T16:11:00.000-07:002012-04-21T16:11:27.356-07:00La escopeta nacional y los Borbones, por Isabelo Herreros<a href="http://www.eldigitalcastillalamancha.es/articulo_opinion.asp?idarticulo=107814&idfirma=&lugar=&ant">http://www.eldigitalcastillalamancha.es/articulo_opinion.asp?idarticulo=107814&idfirma=&lugar=&ant</a>=Isabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-46409152290133561402012-03-15T13:16:00.000-07:002012-03-15T13:19:22.805-07:00Artículo de Isabelo: De San Francisco de Sales a Manuel Fragahttp://www.eldigitalcastillalamancha.es/de-san-francisco-de-sales-a-manuel-fraga-102910.htmIsabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-75582540216587956442011-11-05T09:13:00.000-07:002011-11-05T09:22:44.336-07:00Reedición de La Velada en Venicarló de Manuel Azañahttp://www.reinodecordelia.es/libro.php?id=96Isabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-25118699724789514712011-06-27T03:38:00.000-07:002011-06-27T03:41:29.870-07:00Artículo de Isabelo en eldigitalcastillalamanchaSemprún, entre el olvido y la memoria<br /> <br />26/06/2011 . <br />Ahora que tanto se ha escrito acerca de Jorge Semprún, con motivo de su reciente fallecimiento, he buscado en mis recuerdos su nombre y también he conversado sobre el personaje con mis amigos de tertulia. Algunos, como José Esteban, tienen cosas que contar, por haberlo tratado con intensidad en los años de la lucha clandestina anti-franquista, cuando se llamaba Federico Sánchez y se burlaba con elegancia de un par de canallas, llamados Yagüe y Conesa, a la sazón máximos jefes de la brigada político-social. Por entonces nadie sabía que el refinamiento de aquel intelectual comunista se debía a que había nacido en el seno de una familia de la alta burguesía española, la de los descendientes de don Antonio Maura, y no a su condición de intelectual francés residente en París.<br /><br />No es mucho el rastro que se encuentra en la literatura española del Semprún escritor con anterioridad a 1976, si bien su nombre era conocido, en particular por los cinéfilos, que se habían encontrado con el nombre del ex militante comunista como guionista de películas como "La confesión", "La guerre est finie" o "Une femme à sa fenêtre". Pero, aunque sus novelas no se encontraban aún en las librerías, si es cierto que aparecía incluido en varias reseñas y ensayos de aquellos años acerca de la novela social española, junto a nombres como Héctor Vázquez Azpiri, Antonio Ferres, Armando López Salinas, Alfonso Grosso o Luis Martín Santos. Era autor de una buena novela, "Le grand voyage", editada en Francia en 1963 y traducida al español para Seix Barral por Rafael Conte en 1976. Pero "El largo viaje", a pesar de ser una obra de gran altura literaria, no llegó al gran público en nuestro país; y es una pena, pues es difícil encontrar un relato tan descarnado, y a la vez reflexivo sobre la condición humana, en el mundo de la ficción, acerca de la barbarie de las deportaciones a los campos de exterminio realizadas por los nazis. Algo había en esta obra, como en casi todas sus novelas, de autobiográfico, pues después supimos que Jorge Semprún había conocido, con apenas veinte años, los horrores del campo de Buchenwald.<br /><br />Después vino lo más conocido, es decir, la concesión del Premio Planeta en 1977 por la novela "Autobiografía de Federico Sánchez", y años después su nombramiento como ministro de Cultura en uno de los últimos gobiernos de Felipe González. La publicación en 1977 de la galardonada novela supuso un acontecimiento político, al considerar la dirección del entonces influyente y respetado Partido Comunista, que se trataba de un ajuste de cuentas de un dirigente depurado y despechado, lo que hizo correr ríos de tinta, en muchos casos cargados de descalificaciones e insultos. En aquellos años no resultaba políticamente correcto cuestionar la trayectoria de personalidades del comunismo español como Dolores Ibárruri o Santiago Carrillo, y que en la novela aparecen como leales funcionarios del aparato de poder soviético en los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo. Lo cierto es que Semprún, como ha revelado no hace mucho el editor Rafael Borràs, puso como condición, para presentar su novela a concurso, que, en caso de resultar premiada, su edición no debía realizarse hasta que el Partido Comunista no fuese legalizado; es decir, todo un gesto que nunca le sería reconocido.<br /><br />No pretendo aportar nada nuevo acerca de Semprún, cuestión difícil por otra parte, después de todo lo que se ha publicado después de su fallecimiento. Si quiero señalar algo que me llamó siempre la atención, al acercarme a los libros del autor de "La algarabía", y es las pocas ocasiones en que encontramos referencias a su padre, José María Semprún Gurrea, a pesar de haber sido una personalidad relevante en los años de la Segunda República y la guerra civil, además de profesor universitario y diplomático; de su madre sí sabemos que murió cuando él era aún un niño.<br /><br />Es natural que el lector medio no sepa nada acerca del progenitor de Jorge Semprún, pero lo es menos que lo ignore todo el comité redactor o editor de un libro editado por la Universidad Complutense no hace mucho, sobre los profesores y catedráticos depurados por el franquismo, y donde despachan la referencia de José María Semprún Gurrea con el lacónico texto: "profesor auxiliar, padre de Jorge Semprún".<br /><br />Sirvan estas últimas líneas para aportar, modestamente, una breve nota sobre quien fuera el primer Gobernador Civil de la Segunda República en la provincia de Toledo. No permaneció mucho tiempo en el cargo, apenas dos meses, y la razón no fue otra que un desencuentro con la Casa del Pueblo de la capital toledana. La razón por la que había sido nombrado Semprún Gurrea para el entonces importante cargo de gobernador civil de la actual capital de Castilla-La Mancha, no fue otra que su condición de católico, con la finalidad de mantener las mejores relaciones posibles con la Curia toledana, tarea harto difícil, en particular en los primeros meses republicanos. No era un católico cualquiera el eminente profesor de la Facultad de Derecho, pues era fundador, con José Bergamín, de la revista literaria Cruz y Raya, y que agrupaba a un distinguido grupo de escritores católicos. Por entonces su militancia política era en la Derecha Liberal Republicana, el partido de Niceto Alcalá Zamora, y de Miguel Maura, a quien le unía además de amistad el parentesco de hermano político; también fue amigo y persona próxima a Manuel Azaña.<br /><br />Llegada la guerra civil, y como su amigo Ángel Osorio y Gallardo, también eminente católico, ocupó cargos de gran relevancia al servicio de la República, como lo fue el de Embajador de España en La Haya, capital de gran importancia para la política internacional en aquellos años. Con el final de la guerra el exilio, primero en Francia y más tarde en Roma, desde donde colaboraría asiduamente en la influyente revista Ibérica, que dirigía en Nueva York la jurista republicana Victoria Kent. Fue precisamente la editorial de esta revista la que editó, en 1956, un libro importante de Semprún Gurrea, y que nos parece de interés para entender las convulsiones del exilio español: "España en la encrucijada", en el que encontramos una defensa jurídica y política de la derrotada República, ante las veleidades monárquicas que habían aparecido en la oposición anti-franquista, en particular en el seno del PSOE. Como uno de tantos miles de exilados José María Semprún Gurrea falleció sin poder regresar a su patria, hecho que tuvo lugar un día del ya lejano año de 1966. Sirvan estas líneas de breve recordatorio, y rescate del olvido, de quien fuera algo más que padre de Jorge Semprún.Isabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-82395898963737422702011-04-21T01:47:00.000-07:002011-04-21T01:49:05.613-07:00La legitimidad de la República(Diario Público 16 de abril de 2011)<br />ISABELO HERREROS<br /><br />Transcurridos más de 30 años del inicio de la transición a la democracia en España, es una obviedad que no ha habido voluntad política, en los sucesivos gobiernos, de asumir el legado de la Segunda República y defender su legitimidad.<br />En los últimos años se ha dado una escalada importante de los libelistas que, para justificar una sublevación armada, repiten sobre la Segunda República los mismos tópicos de la historiografía franquista. Una de las señas de identidad del actual revisionismo es la tesis de la ilegitimidad del régimen del 14 de abril, por haberse proclamado tras unas elecciones municipales que, según dicen, ganaron los partidos monárquicos de forma abrumadora. También se mantiene, contra viento y marea, la falacia de la bondad del monarca, Alfonso XIII, al marchar al exilio de forma pacífica, cuando lo cierto es que intentó por todos los medios ahogar la revuelta popular y que lo que ocurrió fue que ni la Guardia Civil trató de evitar lo inevitable.<br />En relación a las elecciones del 12 de abril de 1931, no es de recibo la tesis de la ilegitimidad por varias razones. La primera es que era la monarquía la que se había apartado de su propia legalidad al no reanudar la actividad parlamentaria en diciembre de 1923 y al dar su apoyo a una dictadura militar que, además, acabó con los viejos partidos Liberal y Conservador. Más allá de todo esto están los datos de los sufragios obtenidos por los candidatos de los distintos partidos que concurrieron. Nadie se ha molestado en ir más allá de las cifras de concejales, ni en analizar resultados en votos, muy superiores los de los republicanos frente a los monárquicos. Es un tópico muy repetido que la Conjunción Republicano-Socialista ganó las elecciones en capitales de provincia, donde no se daba la presión de los caciques, pero que en el resto, en la España rural, habían ganado los monárquicos. Lo cierto es que esta versión aparece en memorias de personajes de la época, sin embargo no se compadece con la realidad de lo que ocurrió. Si prescindimos del número de concejales ya proclamados por el famoso artículo 29, que eran un total de 29.804, y donde sí había una mayoría considerable de monárquicos, en su totalidad de poblaciones muy pequeñas, quedan aún por analizar 50.668 concejales, efectivamente electos el 12 de abril, y que, según los datos del Instituto Nacional de Estadística de 1931, tuvieron la siguiente afiliación política: republicanos (Partido Republicano Radical, Acción Republicana, Partido Republicano Radical Socialista, Esquerra Republicana de Catalunya, Derecha Liberal Republicana, Organización Republicana Autónoma y grupos autónomos), 20.428; socialistas, 3.926; comunistas, 57; monárquicos, 12.970; otros, 9.155; “no consta”, 4.132.<br />Esos son los datos que aún esperan un estudio de conjunto y pormenorizado con proyecciones a partir de las herramientas que la nueva<br />sociología electoral suministra.<br />Pero no sólo es cuestión de cifras y datos –que también– lo relativo a aquella explosión de alegría colectiva del 14 de abril de 1931, sino de estudios rigurosos acerca de la transformación que se produjo en nuestra sociedad.<br />En los últimos años han aparecido investigaciones de estudiosos del republicanismo que nos sitúan ante una visión mucho más rica, y a la Segunda República como la resultante de una larga andadura del riachuelo liberal del que hablaba Manuel Azaña, donde cristalizaron los proyectos de modernización de España, encarnados por la vigorosa influencia de la Institución Libre de Enseñanza. El republicanismo a través de sus partidos, así como la nada desdeñable aportación del movimiento obrero que, desde sus dos organizaciones mayoritarias –UGT y CNT–, con sus casas del pueblo y sus ateneos libertarios, venían realizando una importante labor de elevación de la educación cívica y la cultura de la clase obrera.<br />El proyecto republicano fue protagonizado en buena medida por las clases medias urbanas, que pudieron participar en la vida pública y disfrutar de la concreción de la modernidad, con el acceso, no sólo a una universidad que era de las mejores del mundo, sino también a una vida cultural sin precedentes. Por su parte, obreros y campesinos vieron plasmarse logros de justicia social, eso sí, con la obstrucción y hostilidad de las oligarquías. También accedieron a la educación y a la cultura, con la construcción de más de 11.000 escuelas en los primeros años republicanos. En un país con casi la mitad de su población analfabeta, el acceso a la educación gratuita y obligatoria –para<br />todos los niños– fue, para muchos desposeídos, razón más que suficiente para defender la República.<br />La Iglesia católica y unas oligarquías miopes conspiraron desde el primer día para acabar con el proyecto modernizador de la Segunda República por suponer, y con razón, que con la consolidación de una democracia avanzada podían perder su situación de poder y dominación.<br />Quien fuera la encarnación misma de la Segunda República española, Manuel Azaña, en su obra La Velada en Benicarló nos hace llegar, a través de uno de los personajes, cuál era la aspiración mas íntima de aquellos republicanos para España: “Pienso en la zona templada del espíritu, donde no se aclimatan la mística ni el fanatismo políticos, de donde está excluida toda aspiración a lo absoluto. En esta zona, donde la razón y la experiencia incuban la sabiduría, había yo asentado para mí la República”.<br /><br />Isabelo Herreros es periodista. Autor de la biografía ‘Ossorio y Gallardo, un presidente entre Romanones y Azaña’<br /><br />Ilustración de Diego MirIsabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-91486802313194606072011-01-26T06:02:00.000-08:002011-01-26T15:49:39.917-08:00La Biblioteca Nacional al servicio de El BulliDE MEMORIA <br />ISABELO HERREROS (Publicado en El Digital Castilla-La Mancha<br /><br />La Biblioteca Nacional al servicio de El Bulli <br /> <br />23/01/2011 . <br />Vuelvo a mis labores habituales en esta columna, es decir, a hablar de historia, que es lo mío, con cualquier pretexto, como es el caso de lo que les voy a contar a continuación.<br /><br />Resulta que la Biblioteca Nacional tiene "en cartel" una exposición dedicada, dicen, a la presencia de la cocina en los libros, y que ha sido anunciada a bombo y platillo, con el título "La cocina en su tinta", recogida además en un lujoso catálogo al precio de 40 euros. Uno de los ganchos de la exposición es que uno de los comisarios de la misma es nada menos que Ferran Adrià, protagonista y acaparador por otra parte de este particular recorrido por la historia de la cocina española, a partir de los fondos bibliográficos y documentales de esta gran biblioteca pública.<br /><br />Hasta aquí todo bien, si, como no es el caso, la exposición mostrase una visión documentada y exhaustiva, con exhibición de los libros y publicaciones más importantes, tanto de cocina de modo especifico como de obras literarias en las que la comida tiene su lugar. <br /><br />La visita a la exposición fue para mí una decepción, pues tal despliegue de medios, con unos costes muy elevados a buen seguro, ha dado como resultado una muestra muy pobre de la historia de nuestra gastronomía y su presencia en libros y otras publicaciones. Tampoco la puesta en escena de los utensilios de cocina, cedidos para la ocasión por el Museo del Traje, ha sido afortunada. Por su parte la representación que se ofrece de bodegones y carteles publicitarios tampoco da para mucho, si exceptuamos algunas pinturas de los siglos XVII y XVIII llevadas del Museo del Prado, como el "Bodegón con servicio de chocolate" de Luis Eligio Meléndez. Escasa y pobre es también la representación de "menús" impresos, cuando existen espléndidas colecciones privadas, si, como parece, la Biblioteca Nacional no tiene más fondos. <br /><br />Para que se hagan una idea los aficionados a la gastronomía, y remontándonos solo al pasado siglo XX, ninguneado incluso por los especialistas que han escrito en el catálogo, nos encontramos con ausencias clamorosas en la bibliografía especifica de cocina, como son los casos de libros ya clásicos como "La cocina de Nicolasa", de Nicolasa Pradera, "La cocina vasca" de Ignacio Doménech (con prólogo de Antonio Zozaya), "212 Recetas de bacalao", (con prólogo de Gregorio Marañón), "Recetario de Academia Gastronómica" de J. Sarrau, "Guía del buen comer español" de Dionisio Pérez(Post-Thebussem), o la "Enciclopedia Culinaria" de la Marquesa de Parabere. Hasta aquí he citado solo algunos de los libros relevantes de la gastronomía española de los años treinta del siglo XX, en los que se vivió un momento de esplendor y de gran afición por la cocina moderna e innovadora; y tan fue así que se fundaron academias de enseñanza de gastronomía y revistas de cocina, como la emblemática "Menage" y que tampoco está presente en la exposición.<br /><br />Y si de tiempos recientes hablamos resulta que también hay ausencias bibliográficas imperdonables, en particular de críticos y especialistas, y cito de corrido algunos autores, como Xavier Domingo, Manuel Vázquez Montalban, el Conde de Sert, y nuestros paisanos Lorenzo Díaz y José Esteban. Sí aparece en la exposición el libro de "Críticas Gastronómicas" del Conde los Andes, a quien citan por su nombre, Francisco Moreno, pero cualquier aficionado sabe que eran celebres sus críticas, publicadas en ABC, con la firma Savarín. En cuanto a manuales destacar también la ausencia de los celebres libros "1080 recetas" de Simone Ortega y el archireeditado "Manual de cocina" de la Sección Femenina. <br /><br />En lo que hace a la aparición de la cocina y la buena o mala mesa en la literatura española, o no se han molestado o no se les ha ocurrido, cuando incluso existen documentados estudios acerca de la cocina en el Quijote o en determinadas obras de Benito Pérez Galdós. <br /><br />En fin, una exposición al servicio y a la mayor gloria de Ferran Adrìa y su conocido restaurante El Bulli, que podía haber servido, además, para enseñar al público la historia de la cocina española a través de los siglos y su reflejo en los libros, pero que se ha quedado en una historia más de mal uso de lo público, no sabemos si por ignorancia o por otras razones.Isabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-69717326804797337912010-10-27T17:32:00.001-07:002010-10-27T17:32:42.362-07:00<a href="http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=556550"><b>Woody Allen, un invitado de lujo para la película</b></a> ( <a href="http://www.diariodeleon.es">Diario de León</a> - 02/10/2010 )Isabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-61638075348728283322010-08-10T16:34:00.000-07:002010-09-03T01:45:19.521-07:00<span class="Apple-style-span" style=" line-height: 18px; font-family:Arial, Verdana, Helvetica, sans-serif;font-size:14px;">Hace unos días se publicaba, en el diario toledano La Tribuna, un reportaje de <strong>Francisco J. Rodriguez</strong> sobre una noticia de hace cincuenta años, aunque decir noticia puede resultar poco correcto, pues la connotación que tiene hoy día la palabra noticia es la de la divulgación de un evento a través de los medios de comunicación. De lo que trataba el reportaje aludido, me refiero al publicado hace unos días, es de una manifestación de vecinos del barrio de Santa Bárbara, armados con cántaros, realizada en julio de 1960, contra la puesta en escena de una operación de propaganda del régimen franquista, consistente en la inauguración de una pequeña colonia de viviendas de beneficencia, en las que se iba a hacer, para el NODO, el simulacro de que tenían agua corriente y alcantarillado, cuando lo cierto es que ni en estas casas ni en las demás de esta barriada había entonces ni agua corriente ni alcantarillado. Pero cuando decía que no era muy exacto hablar de una noticia de hace cincuenta años, es porque aquello no existió para los medios de comunicación, controlados por una férrea censura.<br /><br />El agua corriente llegaría a este barrio, por entonces aún conocido, por "los vecinos de toda la vida", como Barriada de la estación, progresivamente, a lo largo de aquella década, gracias también a las modernas viviendas que se construían aquellos que se vieron obligados a emigrar a Francia o Alemania. El alcantarillado tardaría aún unos años más, por lo que aún a comienzos de los años setenta existían en la mayoría de las casas los "pozos negros", o medios aún más artesanos e insalubres, que no me parece de buen gusto explicitar a los lectores.<br /><br />Pero mi intención al escribir de aquello no es otra que reconocer el mérito del reportaje aludido, pues, aunque sea con cincuenta años de distancia, se ha dejado escrito, negro sobre blanco, lo que de verdad ocurrió, también con testimonio de quienes tuvieron que ver con aquel acto valiente, consistente en no acudir como borregos a aplaudir la mentira, y en dejar en evidencia al gobernador civil, Francisco <strong>Elviro Meseguer</strong> y al alcalde, <strong>Luís Montemayor</strong>. En justicia hay que hablar más de vecinas que de vecinos, pues fueron mujeres en su mayoría las que taponaron con carretillas y cantaros el acceso al barrio a la comitiva de autoridades. Pero también, y como se dice en el reportaje, el motor de aquel movimiento vecinal fue el entonces cura párroco de la barriada, <strong>Luís Rodríguez Oliver</strong>, que abandonaría los hábitos pocos años después y se incorporaría en Madrid a la lucha anti-franquista desde la militancia republicana. Falleció de infarto, en 1979, cuando tenía 56 años y muchos proyectos por delante.<br /><br />Es una pena que el autor del reportaje no haya contado con más espacio, para poder incluir otros testimonios y también para comentar ampliamente el contenido del acta del consejo provincial de Falange, pero la prensa diaria tiene sus servidumbres. En cualquier caso, lo que importaba era contar la historia y, desde esa perspectiva el objetivo está cumplido.<br /><br />Tal y como se dice en el reportaje, el que escribe estas líneas tuvo acceso hace unos años a una copia del acta de Falange citado. Como saben quienes han conocido el franquismo, existía una total integración del partido único en el aparato del Estado y determinados cargos políticos llevaban aparejado un puesto de mando en la Falange, por lo que es normal que asistieran autoridades locales, provinciales y delegados de ministerios. El jefe provincial era en aquel momento <strong>Francisco Elviro Meseguer</strong>, gobernador civil de Toledo, que había sido alcalde de Cáceres. Era natural de Brozas y había sido de los falangistas cacereños de primera hora, en grupos de "acción" en los años de la República. Como era lógico llevó la voz cantante de la reunión y, no deja de tener gracia, una mención que hizo de <strong>Bahamontes</strong>:<br /><br />Esta gente actúa contra nosotros como los enemigos de <strong>Bahamontes</strong>: diciendo cosas falsas y pinchando para desmoralizar. Nosotros no tenemos que contestar como<strong>Bahamontes</strong>, enfadándose y diciendo tonterías. Tampoco se consigue nada con que informemos al Sr. Cardenal o Sr. Obispo, pues ya lo saben y no han tomado ninguna medida.<br /><br /><strong>Elviro Meseguer</strong> era además procurador en Cortes y consejero nacional del Movimiento, es decir, un peso pesado del régimen, de aquellos que, como su amigo el toledano <strong>José María Fernández de la Vega</strong>, el primo de la vicepresidenta, no se adaptaron después a la democracia, como sí que había hecho el personaje del que hablamos a continuación.<br /><br />Repasando estos días el documento, fechado en Toledo a 18 de julio de 1960, me encuentro con apellidos muy "ilustres" de la ciudad. Que nadie tema, no los voy a hacer públicos, para que los hijos o nietos de aquellos "camaradas" no se vean inquietados. Solo citaré a uno, para señalar las paradojas de la vida. Me refiero al entonces teniente-coronel y profesor de la Academia de Infantería <strong>Marcelo Aramendi</strong>, toledano de nacimiento y que había hecho la guerra civil como joven oficial de las celebres unidades falangistas Banderas de Castilla. Este militar fue también director de la Academia de Infantería y ya, en los años de la transición, con graduación de general de división, director general de Enseñanza militar. Resulta que un día de mayo de 1981, en su despacho del madrileño Palacio de Buenavista, muy temprano, se descerrajó un disparo de pistola quitándose la vida. Estaba muy reciente el golpe de Estado de <strong>Miláns del Bosch</strong>, <strong>Tejero</strong> y demás "patriotas", y <strong>Aramendi</strong>, comprometido con el proceso democrático, era objeto por entonces de todo tipo de amenazas e insultos por parte de muchos compañeros de armas. No pudo soportar la presión y adoptó una trágica decisión.<br /><br />Otro militar, también general, <strong>Luís Pinilla</strong>, fue por aquellos años director de la Academia general militar. Eran vidas paralelas en muchos aspectos, pues los dos tenían vocación docente y habían estado muy implicados en la praxis de la doctrina social de la Iglesia, la de Juan XIII y el Concilio Vaticano; llegada la democracia fueron los dos firmes defensores de la Constitución. Tras la muerte de <strong>Aramendi</strong> la cúpula militar vetó cualquier nombramiento de <strong>Pinilla</strong> para cargos de importancia, por lo que, muy decepcionado, abandonó el ejercito.<br /><br />En fin, pequeñas historias, o grandes quizás, para entender mejor el presente y sus miserias.<br /><br />Que lleven ustedes bien estos calores. <img src="http://www.eldigitalcastillalamancha.es/imagenes/puntos.gif" width="11" height="10" /></span>Isabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-24947804264527247122010-07-27T05:28:00.000-07:002010-07-27T09:57:04.642-07:00ARTICULOS DE ISABELODE MEMORIA<br /><strong>Sara Carbonero, el tal Urbaneja y la Asociación de la Prensa de Madrid</strong><br /><strong>Isabelo Herreros<br /></strong>27/07/2010 . (El Digital Castilla-La Mancha)<br />En buena parte, gracias al histórico éxito de "La Roja" ha quedado, no en segundo plano, sino en el olvido, el episodio vivido por nuestra paisana Sara Carbonero, con motivo del vapuleo a que fue sometida esta brillante periodista deportiva, tras las lamentables y casposas acusaciones de que fue objeto por el impresentable presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, un tal Fernando González Urbaneja. Resulta que, con unos conocimientos parecidos a los de un servidor, acerca del fútbol y las normas que regulan todo lo concerniente a los campeonatos y a la retransmisión de los partidos por las cadenas de televisión, el mencionado columnista se lanzó a degüello contra la periodista y la responsabilizó de las posibles negligencias de su pareja sentimental, el gran guardameta Iker Casillas, por situarse en las proximidades de la portería durante los partidos. La imbecilidad tuvo eco en la prensa de medio mundo; después se supo que la colocación de los periodistas en las proximidades del terreno de juego la hace la FIFA y no TELE 5. También quedó de manifiesto, a lo largo de todo el campeonato, la profesionalidad de Sara Carbonero y el distanciamiento con que entrevistaba, cuando debía hacerlo, al célebre portero de la selección nacional.A partir de ahí se produjeron todo tipo de comentarios en nuestras tertulias televisivas y en todo tipo de medios de comunicación. Ante la evidencia del despropósito, muchos decidieron poner sordina, con aquello de "pelillos a la mar", si bien hubo voces contundentes, como la de Ana Rosa Quintana, que criticaron abiertamente al energúmeno, al que acusaron de machista y de no defender los intereses de los periodistas. Tanto en el caso de Ana Rosa Quintana, como en el de varios periodistas deportivos que se mojaron, se instó al Sr. González Urbaneja a pedir disculpas, cosa que no sólo no ha hecho al día de hoy sino todo lo contrario. Es decir, no se ha limitado el sujeto a proclamar su derecho a la libertad de expresión, cuestión legítima, sino que ha ido más allá, cuando ha quedado en evidencia que faltaba a la verdad y que tenía propósito de zaherir la dignidad profesional de una periodista. No contento con la polvareda levantada buscó apoyo y adhesión en la Junta Directiva que preside, y, al parecer por aclamación, aunque no nos atrevemos a decir que le gritasen "torero", sacó adelante un comunicado en su defensa, en el que podemos leer lo siguiente:<div><br /><div><i>La Junta ha comprobado con alarma que se ha puesto en marcha una campaña de linchamiento moral contra su presidente, Fernando González Urbaneja, cuya trayectoria profesional se cuestiona y en la que se mezclan ataques personales con acusaciones extemporáneas, como la de "machista".La Junta entiende que la campaña trata de socavar el reconocido prestigio de González Urbaneja y su actividad periodística y humana y, de paso, hacer creer que la APM no defiende los intereses de los profesionales.Ante estos ataques, la Junta defiende la libertad de opinión de González Urbaneja, respalda su brillante trayectoria profesional, desarrollada en medios impresos y audiovisuales y en la docencia, y rechaza por intolerable, improcedente y totalmente fuera de lugar la acusación de machista.</i></div><div><i><br /></i></div><div><i></i>Como los lectores no tienen por que conocer quienes integran la Junta directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid, les diré que en la misma ocupan cargos de responsabilidad algunas conocidas periodistas, como María Jesús Chao, que es nada menos que la Secretaria General de la Asociación. También nos encontramos con otras no menos celebres como Teresa Pérez Alfageme, Carmen del Riego o Magis Iglesias. Suponemos que las citadas comparten la actuación de su presidente, pues de lo contrario se supone que habrían hecho pública su discrepancia. No debe a nadie extrañar que la Asociación de la Prensa de Madrid, hoy chiringuito de mediación y prebendas del Sr. González Urbaneja y sus amigos y amigas, se conduzca de esta manera. Hace muchos años que dejó de ser una entidad para la defensa de los periodistas y la protección social de estos y sus familias, tal y como fue concebida la institución en sus años fundacionales, con aquellos grandes personajes que la presidieron, a finales y comienzos del siglo XX, como Miguel Moya o José Francos Rodríguez. La función social de la APM se mantuvo, con sus peculiaridades, durante el franquismo. Más de un lector recordará las Hojas del Lunes, periódico que editaban las Asociaciones de la prensa de muchas ciudades de España, con el fin de obtener fondos con los que dar cobertura a prestaciones como el servicio médico y ayudas para situaciones de necesidad. Todo aquello ha desaparecido, como ya había desaparecido el patrimonio ético fundacional; después se perdió también el histórico edificio de la APM en la madrileña plaza de Callao. En buena medida, el que durante la transición y años posteriores la APM no jugase un papel importante en la regulación de la profesión y la defensa de los intereses de los periodistas, fue responsabilidad del grupo PRISA, hostil a la propia existencia de las asociaciones de la prensa, a las Hojas del Lunes y también a las facultades de periodismo, por ser defensor de una concepción "liberal", de mercado, y con su propio proyecto de formación de periodistas dóciles. No obstante, podría jugar el papel que juegan los colegios profesionales, pero, por una serie de avatares de nuestra reciente historia, muy prolijos para explicar en unas líneas, ni la APM, ni la mayoría de las asociaciones de la prensa, actúan en defensa de la libertad de expresión, ni en defensa de los periodistas cuando son perseguidos por el poder o por sus empresas. Nada se hace que inquiete a los grandes grupos mediáticos, en los que, en algunos casos, los miembros de la Junta directiva, ocupan cargos de responsabilidad.El último caso de estulticia y de ausencia de valores éticos de la APM como corporación, ha sido el "ninguneo" de la reciente noticia de la condena al Reino de España por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, en el caso llevado a aquella instancia por el periodista español José Luis Gutiérrez, perseguido en su día en los tribunales de nuestro país por un reportaje publicado en Diario 16 en 1995, acerca de la implicación de la Casa Real marroquí en el narcotráfico. Ni una nota de felicitación ni un comunicado celebrando el éxito de la libertad de expresión ha emitido la APM. Por el contrario, organismos internacionales de defensa de los Derechos Humanos de todo tipo y los más relevantes diarios del mundo se han hecho eco de la histórica sentencia, con grandes elogios para la trayectoria profesional de ese noble leonés, conocido entre los amigos como "el Guti", hoy director de la revista literaria LEER. Dicho queda.</div></div>Isabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7020078439298092556.post-82187225673933479652010-07-26T02:27:00.000-07:002010-07-26T02:31:30.177-07:00DE MEMORIA<br /><a class="firma" href="http://www.eldigitalcastillalamancha.es/contactar.asp?idarticulo=73803&lugar=">ISABELO HERREROS</a><br />La nostalgia de la época de los cesantes<br />23/06/2010 .<br /><br />Con ocasión de la bajada de salarios a los funcionarios, perpetrada por un gobierno que aún pretende sacar pecho de socialismo, se han vertido ríos de tinta y se han dicho, en tertulias y mentideros, todo tipo de barbaridades, sin que los afectados, muy mal representados, hayan podido hacer valer, al menos, su voz y razones. La explicación que se me ocurre es que los funcionarios, a pesar de constituir una masa social de casi tres millones de trabajadores, no están bien representados en los sindicatos, en cuyas cúpulas aún podemos ver a "liberados" que llevan más de treinta años alejados del mundo del trabajo, y cuyas empresas de origen, del sector metal o minero, hace varios lustros que desaparecieron. Sin ir más lejos, aún sigue en el máximo órgano de dirección de CCOO quien fuera líder regional de este sindicato allá por los años ochenta y noventa, José María Díaz-Ropero, operario en su día de Standar Eléctrica.Entre los lugares comunes que hemos podido escuchar sin apenas replica, -esgrimidos en algunas ocasiones por destacados dirigentes del PP, como es el caso del Consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid, don Miguel Ángel Beteta-, se encuentra el de que los funcionarios y empleados públicos tienen asegurado el puesto de trabajo, lo cual es una verdad a medias y que tiene matices. En algunas administraciones la precariedad en el empleo, léase interinos y sustitutos, llega a un tercio, y otro matiz, del que ahora no se quieren acordar ni el registrador perpetuo de Santa Pola, señor Rajoy, ni la señora De Cospedal, es que fue el gobierno de José María Aznar el que congeló los salarios en la Administración durante muchos años, con lo que aquella perdida de poder adquisitivo en la práctica se convirtió, gracias a las inflaciones, en una bajada de salarios, convirtiendo a la mayoría de los funcionarios en mileuristas. El tufillo de muchos comentarios pone en evidencia que se añora, por algunos sectores de la política y la opinión pública, la época aquella de los funcionarios cesantes, en los años de la Restauración, con los turnos de gobierno de Cánovas y Sagasta. Ni uno solo de esos comentaristas a los que les parece bien el ajuste, o los que piden incluso más, da lo mismo su pelaje político, rechistaron años atrás cuando veíamos como altos cargos de todo tipo de empresas, algunas recién privatizadas, se subían sus millonarios sueldos en porcentajes de un 20% anual.Hay que repetir, para políticos cazurros, que la estabilidad en el empleo de los servidores del Estado es una conquista democrática, por suponer, para el conjunto de la ciudadanía, una garantía, el que los funcionarios no estén supeditados a los vaivenes de la política, y que organismos, como la Tesorería General de la Seguridad Social o la Agencia Tributaria, actúen sin presiones e influencias del gobierno de turno. De otra parte, también hay que decir, para quienes tienen una idea negativa o antigua de los funcionarios, que empleados públicos son también los médicos, enfermeras y resto de personal de la Sanidad pública, los maestros, profesores y catedráticos de la Enseñanza pública, los bomberos, policías municipales, policías nacionales, guardias civiles, militares, y miles y miles de empleados de empresas de servicios públicos como el suministro de agua o protección civil. No voy a enumerar las partidas de los presupuestos generales del Estado que el gobierno de Rodríguez Zapatero podía reducido hacer sus "ajustes" pues ya se han repetido hasta la saciedad, pero sí recordar, puesto que está reciente la "bronca" del Corpus toledano y la marcha atrás del ejecutivo en la tramitación del proyecto de Ley de Libertad Religiosa, que la siempre insaciable Iglesia Católica recibe más de 7.000 millones de euros anuales de fondos públicos, algo escandaloso en tiempos de crisis; todo ello sin contar lo que nos va a costar, como en su día nos costó Gescartera, la avería de la católica Cajasur. Varios comentaristas, con los que coincido con algunas pequeñas diferencias, han apostado por reducir en estos tiempos las muy cuestionadas misiones de nuestro ejército en el exterior, si bien es cierto que muchos preferimos verles construyendo un hospital que desfilando y rindiendo armas a una hostia, por muy sagrada que sea.Isabelo Herreroshttp://www.blogger.com/profile/07914763707292255467noreply@blogger.com0